sábado, enero 28, 2006

Más allá de este mundo

Para salir de la línea horizontal y secuencial tiempo-espacio se requiere definitivamente de la visión, una visión que no es de este mundo, porque este mundo es justamente tiempo y espacio.

Es más todo lo que percibo a mi alrededor me dan referencias a tiempo y espacio, en todo lo que veo hay una fecha de fabricación y una de caducidad, inclusive mis manos, estas manos que escriben tienen ya una fecha límite, aún cuando la desconozca.

La única certeza que el mundo me ha regalado es la de la muerte. El boleto de salida sin necesidad de comprarlo, todos lo tenemos.

Conforme recorro lugares en el espacio, veo que la casa que había en la esquina del colegio ya no está, ahora es un edificio. Y cuando mi abuelo me llevaba al colegio me decía que antes ahí no había casas, que antes por ahí pasaban las vacas y había borregos.

Resultando que el tiempo y espacio tiene otra constante: el cambio, los escenarios cambiantes. A nadie le es ajena la frase de Heráclito de Efeso "La única constante es el cambio".

Así en este mundo en donde todo cambia, todo tiene fecha de caducidad, no existe nada a mi alrededor que no la tenga, no existe nada que no haya sido antes otra cosa, el papel, que antes fue pulpa, pulpa antes árbol, etc. E inmerso en este cambio constante hay una lucha, sí, una batalla; se libra siempre una lucha por permanecer, por sobrevivir. Darwin expresó "No son las especies más fuertes, ni las más inteligentes las que sobreviven, sino las que mejor se adaptan al cambio".

Así el mundo me da la certeza de la muerte, aunada con el cambio constante, el mundo me regala una guerra, una batalla, la lucha por permanecer y sobrevivir. En el mundo, en mi trabajo, en mi familia, en mi país, en mi partido, en ... ...

Aparte, donde lo real es lo inmutable, permanente, eterno, infinito; entonces nada de lo que conforma el mundo que veo es real, puesto que todo está sujeto a una fecha de caducidad y no es infinito, e igualmente todo cambia.

Cómo voy a salir del tiempo espacio, para encontrarme con la realidad, para llegar a la eterna fuente de toda realidad que está más allá del mundo, para encontrarme con la verdad, con el amor, con Dios.

Oportunamente llega a mí la Lección 129, aquí traigo unos fragmentos.

Más allá de este mundo hay un mundo que deseo.


No estamos haciendo hincapié en que renuncies al mundo, sino en que lo intercambies por algo mucho más satisfactorio, algo rebo­sante de alegría y capaz de ofrecerte paz. ¿Crees acaso que este mundo puede ofrecerte eso? El mundo que ves es ciertamente despiadado, inestable y cruel, indiferente en lo que a ti respecta, presto a la venganza y lleno de odio inclemente. Da únicamente para más tarde quitar, y te despoja de todo aquello que por un tiempo creíste amar. En él no se puede encontrar amor duradero, por­que en él no hay amor. 6Dicho mundo es el mundo del tiempo, donde a todo le llega su fin.

¿Cómo podría ser una pérdida, entonces, encontrar un mundo en el que es imposible perder, en el que el amor perdura eterna­mente y en el que el odio no existe y la venganza no tiene sen­tido? ¿Cómo podría ser una pérdida hallar todas las cosas que realmente anhelas, y saber que no tienen fin y que perdurarán a través del tiempo exactamente tal como las deseas? Incluso esas cosas se intercambiarán finalmente por aquello de lo que no podemos hablar, pues desde allí te trasladarás a donde las pala­bras son completamente inútiles, a un silencio en el que el lenguaje, si bien no es hablado, se entiende perfectamente.

La comunicación, inequívoca y clara como la luz del día, per­manece ilimitada por toda la eternidad. Y Dios Mismo le habla a Su Hijo, así como Su Hijo le habla a Él. El lenguaje en el que se comunican no tiene palabras, pues lo que se dicen no puede ser simbolizado. Su conocimiento es directo, perfectamente compar­tido y perfectamente uno. ¡Qué lejos te encuentras de esto tú que sigues encadenado a este mundo! , sin embargo, ¡qué cerca te encontrarás cuando lo intercambies por el mundo que sí deseas!

Ahora el último paso es seguro; ahora te encuentras sólo a un instante de la intemporalidad. Desde aquí sólo puedes mirar hacia adelante, pues nunca más querrás mirar hacia atrás para ver el mundo que ya no deseas. He aquí el mundo que viene a ocupar su lugar, a medida que liberas a tu mente de las nimieda­des que el mundo te ofrece para mantenerte prisionero. No les atribuyas ningún valor, y desaparecerán. Valóralas, y te parece­rán reales. ¿Qué puedes perder si eliges no valorar lo que no es nada?

Este mundo no te ofrece nada que realmente desees, mas el que eliges en su lugar ¡ése ciertamente lo deseas! Deja que se te conceda hoy. Ese mundo espera tan solo a que lo elijas para ocupar el lugar de todas las cosas que buscas, pero que no deseas.

Practica estar dispuesto a efectuar este cambio, comienza con lo siguiente:


Más allá de este mundo hay un mundo que deseo.
Elijo ver ese mundo en lugar de éste, pues no hay nada aquí que realmente desee.


Cierra entonces los ojos al mundo que ves, y en la silenciosa os­curidad contempla cómo unas luces que no son de este mundo se van encendiendo una por una, hasta que deja de ser relevante donde comienza una y donde termina la otra al fundirse todas en una sola.

Hoy las luces del Cielo se inclinan ante ti, para derramar su luz sobre tus párpados mientras descansas más allá del mundo de las tinieblas. He aquí una luz que los ojos no pueden contemplar. Y, sin embargo, la mente puede verla claramente, y entender.

Hoy se te concede un día de gracia, y nos sentimos agradecidos por ello. Hoy nos damos cuenta de que lo que temías perder era sólo la pérdida.

Ahora comprendemos que es imposible perder. Pues por fin hemos visto su opuesto, y damos gracias de que la elección ya se haya llevado a cabo. Recuerda la decisión que has tomado, y dedica un momento a confirmar tu elección dejando a un lado cualquier pensamiento que tengas en ese momento y poniendo toda tu atención brevemente en lo siguiente:

El mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.
Más allá de este mundo hay un mundo que deseo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,Sólo para decirte que este mundo existe porque lo amas,lo amamos,lo amo con loca pasión,amo la risa de los niños,su inocencia,verlos en el jardín de niños como van al baño y no cierran la puerta y salen desabrochados para q su maestra los abroche la bragueta,su plena confianza en ella,en sus padres,en su mundo,amo al mar ,la playa con su arena blanca q me quema los pies pero se refrescan con la caricia del mar,amo verme en tus ojos,y como tu te ves en los míos,amo tus palabras q son las mías,y la risa,y el cielo y el sol y la montaña porque todo es YO ES NOSOTROS ES TU.
AH Y POR CIERTO TUS MANOS NO TIENEN CADUCIDAD SI TU NO QUIERES.

Anónimo dijo...

caundo lo unico que deseas es amor eso es todo lo que verás y no te hará falta cerrar tus ojos para verlo.TODO ES DIOS .TODO ES TU.

darYrecibir dijo...

Wow!!

qué hermosos comentarios, muchas gracias por este recordatorio, de que el amor, Dios está en todo lo que veo!

Anónimo dijo...

Caray, ahora no sé qué pensar. Por una parte se me dice que Dios es todo lo que veo con mis ojos del cuerpo, y por otro lado se me dice que todo lo ven los ojos del cuerpo es ilusión, que no es nada (cuerpos, tierra, plantas, animales,nubes, estrellas, sol, etc.) Y lo más cómico de esto es que, si bien entiendo los postulados de UCDM al respecto, algo en mí (será el ego?) me dice que un día soleado es hermoso, que la bóveda celeste y su contenido es asombroso, que un niño es ternura, que un perrito es mansedumbre e indefención...
Por favor, ayuda!

darYrecibir dijo...

Hay una lección de UCDM que dice "Dios está en todo lo que veo, porque Dios está en mi mente"

Esto sitúa la proyección desde la percepción correcta. Y desde esa percepción correcta veo a Dios por doquier, porque el Amor sólo ve amor, además de que el Amor (Dios) sólo está en el eterno Ahora, estar con todos mis sentidos en el ahora contribuyen a ponerme las "gafas" del Amor y reconocer la ternura en el infante, la grandeza en el firmamento y la mansedumbre en el cachorro.

Sí, Dios está en todo lo que veo porque Dios de hecho está en mi mente, si no estuviese en mi mente sería imposible verlo.

Unknown dijo...

Muchas gracias!